A todo esto os quería hablar de una de las tradiciones más divertidas del pueblo donde vivo. Jugamos al "QUINTO", es un bingo. Es una tradición catalana que en muchas comarcas se ha ido retomando y se practica los días de navidad. Cuando le conté a un amigo inglés me dijo que el Bingo era de abuelos y no sé cortó un pelo en reirse. No sabe lo que se pierde.
El "lloro" canta los números, pero cada número tiene un código, entre que lo descifras y pones la "guixa" (que son un tipo de garbanzos) en el tablero ya te has perdido el siguiente número. Tus amigos te lian y te dicen que cuando se canta "rosa d'abril" es el 23... tu no lo entiendes, porqué sabes que el 23 es Sant Jordi. Pero te lo crees...por Sant Jordi se regalan Rosas y es abril... No te acuerdas si Carrero Blanco murió en el 73 o el 74. Cuando alquien "pica quinto" te enfadas porqué a ti solo te quedaba un número para acabar. Acribillas de "guixas" al que a ganado. Pero hasta que no se comprueba, no es ganador. Y mientras, ya has desmontado tu tablero y ya no sabes qué números se habian dicho. Y resulta que no es válida y se sigue la partida. Pero ya no tienes las guixas en su sitio. Qué rabia, esta podría haber sido la mía.
Total, que una tras otra, sin parar, te quedas al límite de ganar siempre. ¡Ahí está la trampa!
Sabiendo la trampa, y siguiendo mis ideales, el dinero fácil no es bueno y no me gusta. Pero también digo que, las tradiciones no se pueden perder y que "una vez al año no hace daño".
Así que, mañana más!!!
L.
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