lunes, 29 de enero de 2018

Sobre cómo ahorrar

Después de dos años y pico trabajando (sin contar periodos de prácticas), creo que he perfeccionado una buena técnica de ahorro. La verdad es que no tiene ningún misterio pero como a mí me costó aprender a ahorrar y ahora estoy contenta de poder tener un rinconcito en el banco, he pensado que os podría interesar. Estos son los puntos que necesitáis saber:

1. ¿En qué gasto habitualmente?

Hace no más de un año me di cuenta de que no tenía ni idea de lo que gastaba cada mes. Tenía claro que no gastaba todo lo que ganaba (thanks God) pero tampoco sabía muy bien cómo podía ser que gastara tanto dinero en solo unas semanas. 

Para solucionar esa situación de absoluta ignorancia sobre mis finanzas, lo primero que hice fue apuntarme durante un par de meses todo (y cuando digo todo es TODO) lo que gastaba. De esta manera conseguí dos cosas: 

1) descubrir exactamente cuáles son mis gastos fijos: puede parecer mega fácil saber cuáles son las facturas que te llegan cada mes sin excepción pero al menos a mí se me olvidaban cosas (la cuota del colegio de abogados, spotify, gasolina...) y 

2) descubrir mis "conceptos" y más o menos el dinero que gasto en cada uno de ellos. 

2. ¿Cuáles son mis "conceptos"?

Te recomiendo que una vez hayas analizado cuáles son tus gastos, intentes dividirlos en conceptos o categorías. 

En base a la vida que llevo, divido mis gastos en las siguientes categorías: 

- comida: súper y mercado
- piso: alquiler, limpieza y gastos extras sobrevenidos 
- comidas fuera de casa
- médicos: mutua, fisioterapia, farmacia, dentista 
- cuota mensual de móvil
- gasolina y peajes
- yoga
- extra para mí: ropa, cine, conciertos, excursiones

Esta clasificación ayuda mucho a ver en qué gastamos más y dónde podemos ahorrar; ahora veras por qué.  

3. ¿Cuánto es razonable gastar en cada concepto?

Esta es mi parte favorita: una vez hayas analizado tu manera de invertir el dinero, asigna una cantidad a cada uno de tus conceptos.  

En mi caso, me puse un challenge a mí misma e intenté reducir los gastos que me parecían ahorrables: reduje lo que gastaba en ropa, en belleza y en comidas fuera de casa. Eso sí, la clave de todo fue fijarme una cantidad que pudiera cumplir (con un poco de esfuerzo y siendo consciente de cada euro que gasto) pero que me permitiera vivir cómo a mí ahora mismo me apetece.

El total de estas cantidades asignadas a cada uno de los conceptos son, para mí, mis gastos "fijos". Por lo tanto, según si quiero ahorrar más o menos me permito tener cantidades asignadas a ciertos conceptos o no. 

Lo bueno de este método es que te permite decidir exactamente cuánto quieres ahorrar y cuánto dinero gastarás sí o sí. Puede que para tí comprarte cremas de la cara, ir al cine o comprarte libros sea súper importante y por lo tanto tiene sentido que asignes una cantidad a ello para contarlo como un gasto que harás siempre. Puede que tengas en mente un viaje o mudarte de piso, entonces valdrá la pena que asignes una cantidad mensual a esa inversión. Cuando ya hayas pagado lo que toque, vuelves a eliminar ese concepto de tus "gastos fijos".

4. Qué hago con el resto de dinero: ahorro

Con el total de mis gastos fijos me sobra una buena cantidad de mi sueldo. Parte de esa cantidad va directamente, vía transferencia programada, a mi cuenta de ahorro. Esta cuenta es INTOCABLE a no ser que tenga un gasto muy extraordinario. La gracia es programarla para que sin darte cuenta dejes de poder disponer de esa cantidad en tu tarjeta de débito. 

Hay quien se fija una cantidad de ahorro muy pequeña para poder cumplirla siempre. Yo calculé un mínimo que, en base a mi sueldo, considero que debo ahorrar sí o sí. A partir de ahí lo que hago es modular la cantidad de ahorro dependiendo de si estoy en una época en la que mi prioridad es ahorrar por ahorrar o si necesito acumular dinero para pagar un viaje o cualquier otro proyecto que requiera una suma importante. Dicho de otra manera: puedes crear tantas huchas como quieras pero te recomiendo que calcules un mínimo de ahorro intocable que cumplas bajo cualquier circunstancia (más que nada porque ese es el ahorro real). 

Importante: guarda siempre una cantidad para imprevistos. Cada mes ocurre algo. Siempre, siempre, siempre.  

6. Extra para mí y mi wishlist

En mi Excel, al ladito de mi cuadro de gastos fijos, tengo un listado de todas las "cosas que quiero o necesito" en el que voy añadiendo eso: toooodo lo que me gustaría o que necesito comprar y que no está contemplado en mis gastos fijos. Apunto también su precio. Para que me entendáis, ahora mismo tengo listado: un perfume, cable cargador para el Iphone, mi crema hidratante y el fin de semana en París que tengo previsto para final de mes.

Este método me va genial porque me permite ir repartiendo los gastos mes a mes teniendo siempre en cuenta como tope máximo la cantidad que he asignado al concepto de "extra para mí".

7. Mi herramienta favorita

En mi camino hacia el ahorro he probado apps de todos los colores. Supuestamente te ayudan a entender cómo gastas y en qué gastas pero me molestan tremendamente las mil notificaciones que te envían diariamente. 

Como casi siempre en la vida, lo clásico es lo que va bien: Excel es la solución. Un documento sencillo, súper fácil de modificar y muy visual.

8. Conclusiones

- Lo más elemental es entender en qué gastamos para poder saber en qué podemos ahorrar. 

- La gracia de los "conceptos" es que se adaptan súper fácilmente a nuestras necesidades y pueden añadirse o eliminarse según queramos ahorrar más o menos. Cada uno escoge cuáles son sus gastos fijos.

- Asignar una cantidad concreta a cada "concepto" permite gastar razonablemente pero de forma muy consciente y controlada. 

- Hacer una lista de cosas que queremos o necesitamos ayuda a repartir el gasto y a ahorrar cada mes con cierto margen para caprichos. 


    Ejemplo de cálculo 


*En verde sombreo los gastos de mi wishlist que ya he hecho.

Desde que sigo este método me siento mucho más organizada y responsable y estoy tranquila porque sé que guardo parte de mi sueldo y que eso me permitirá hacer toooodo lo que me hace ilusión: comprar la lámpara que tanto me gusta, viajar cada verano, comprar algo de ropa... Y todo ello sin despilfarrar. 

Espero que os sirva y que me contéis cómo organizáis vuestras fianzas.

Hasta pronto, 

X. 

domingo, 14 de enero de 2018

Sobre mis aprendizajes del 2017

Este mediodía, comiendo con unas amigas, hemos recordado los millones de cosas que nos han pasado durante el año 2017 y nos hemos reído al recordar las tantísimas cosas (buenas y malas) que me han ocurrido, y es que este año más que nunca ha sido un auténtico Dragon Khan.

Y que te pasen cosas implica tener que aprender. Esto es todo lo que yo he aprendido: 

1. Que las dietas sin el mindset correcto no funcionan. Que el cuerpo es listo y terco y no siempre es factible dominarlo. Intenté adelgazar durante el 2016, fue un martirio y además me fustigaba por no conseguir seguir la dieta que me proponían. Para el 2017 me propuse volver a comer con calma y sin presiones. He podido comprobar que desde la tranquilidad y sobre todo comiendo TODO lo que me ha apetecido, he adelgazado y he conseguido volver a sentirme cómoda conmigo misma. 

2. Que hay personas que ni evolucionan ni cambian por mucho que nosotros nos empeñemos en confiar en que lo harán. Por mucho que nosotros nos esforcemos en tolerar ciertas actitudes y en hacer ver que no ocurren. He aprendido que la mejor arma que podemos adquirir un buen trabajo personal que nos permita fortalecernos, madurar y ser más conscientes de las cosas, entender a los demás y reaccionar de forma proporcional a los problemas. Además, hay relaciones que no valen la pena. Y punto. 


3. Que el amor es muuuucho más fuerte que las piedras que las parejas se van encontrando en el camino, aunque es cierto que es imprescindible trabajarlo y cuidarlo, darle prioridad. He entendido que la clave de cualquier relación de pareja es poder empatizar con el otro, contextualizar para conseguir relativizar y ceder, (casi)siempre ceder: ponerle a él o a la relación por delante de tí, de tus proyectos y de tus ilusiones. 


4. Que yo, sin mis válvulas de escape no puedo vivir: pintar, escribir, subir un fin de semana a la montaña o pasar unos días en la Costa Brava son bolsas de oxígeno que me dan fuerza para sobrellevar todo lo que tengo encima (que no es poco). Hay circunstancias que simplemente no podemos cambiar porque no dependen de nosotros y es importante aprender mecanismos que nos permitan llevarlas mejor. 


5. Que el trabajo puede llegar a ser una preocupación enorme que puede llegar a angustiar. Mi lección apredida es que hay que ser valiente para no parar de buscar el lugar en el que nos sintamos a gusto, valorados y realizados. Maybe ello requerirá varios intentos y cierto tiempo pero no vale la pena dedicar tantas horas a un proyecto que no nos llena ni nos satisface nuestra ambición. 


6. Que asumir y aceptar que ODIO ir al gimnasio es un descanso enorme: me ahorro el dinero que vale y sobre todo (y más importante) me ahorro la auto-presión de pensar que debería ir y no estoy yendo. En 2017 decidí desapuntarme del gimnasio en el que llevaba años apuntada y ¡qué alivio! Tengo muchas ganas de tener más tiempo y unos horarios más flexibles que me permitan encontrar un buen centro donde hacer yoga. 



Hasta pronto,

X. 

jueves, 4 de enero de 2018

Mi carta a los reyes magos

Queridos Reyes Magos: 

Parece mentira que ya vuelva a estar escribiéndos. ¡Este año ha pasado volando! Siento que han pasado demasiadas cosas, tantas que no he podido digerirlas todas pero estoy contenta porque me he centrado en lo importante. 

Como sé que os gusta premiar a la gente que evoluciona año a año y que crece, os tengo que decir (aunque supongo que ya lo sabéis porque por eso sois magos) que estoy muy orgullosa del crecimiento que he hecho este año. Estoy tranquila porque, aunque he tenido más tropiezos de los que me habría gustado, he conseguido atreverme a cambiar de trabajo, he aceptado nuevas realidades familiares, he seguido fortaleciendo y cuidando mis amistades y mi relación con J solo hace que mejorar. 

Soy muy consciente de que a veces me equivoco o me despisto. Por eso, este año me gustaría mucho que me trajerais algunas de estas cosas, que me irían genial para encarar este 2018: 

- Mucha perseverancia para implementar ese proyecto que tengo en mente y que sé que será una válvula de libertad vital en mi día a día;


- Paciencia para aceptar mis miedos y mis errores. También un poco de capacidad de perdonarme; 

- Disciplina para ahorrar; 

- Mimos con J cada mañana;


- Un viaje a El Salvador, porque me muero de ganas de conocerlo y me irá genial para acabar de comprener muchas cosas; 

- Tiempo para estar con mis amigas, para esquiar y para pasear con Haddock; 

- Entradas para ir a cualquier concierto. Quiero volver a ir al cruïlla. Estaría genial que convenciérais a Bruce para que hiciera una nueva gira por Europa.  


- Mucha, mucha salud y ganas de hacer deporte, de hacer excursiones y de nadar en el mar; 

- Un jersey de cashmere, porque últimamente estoy mega friolera y porque son un lujo que me encanta coleccionar; 

- Valentía para asimilar cualquier cambio que se me presente;


- Como ha sido un año muy duro, me iría de fábula poder pasar un fin de semana en un Relais Chateaux, por eso de mimarse y porque las escapadas de fin de semana dan la vida; 

- Poder comer con mis abuelos cada miércoles.

Como siempre, dejaré el agua para los camellos en la terraza y también algún dulce y cava para que repongáis fuerzas.

Un abrazo y muuuuuuchas gracias desde ya.



X.