domingo, 18 de diciembre de 2016

Sobre las cosas para las que no tengo agallas

Hay quien vive sin complejos ni tapujos; hay quien se sabe feliz y completo, quien se conoce a la perfección y se gusta así, tal cual es en cada momento. A la vez, hay quien vive pensando en que no  sabe lo que opina sobre el aborto o sobre que Donald Trump haya ganados las elecciones y se martiriza por ello (rezando para que nadie le pregunte), hay quien se siente un poco perdido, a veces dudando de con quién pasar el poco tiempo libre que tiene. Hay quien se conoce solo los defectos y que siempre querría mejorar. 

Los primeros viven libres. Los segundos conviven con el miedo

Hasta hace unas meses os habría dicho que lo tenía todo bastante atadito, que me conocía casi al 90% y me atrevía a hablar sobre cualquier cosa. Pues ahora resulta que ciertas cosas me chocan, a veces me encuentro contradiciéndome y ya no sé ni si la ropa que cuelga en mi armario me define o no. Tengo algunas cosas clarísimas y otras me patinan tanto que entro en bucles maléficos que me impiden descansar por las noches. 

Y ya se sabe que con las dudas llegan planteamientos nuevos que aunque a mí personalmente me hacen sentir bien - porque sentirme en constante evolución me apasiona - a la vez me colapsan y a ratos hasta me empequeñecen. 

Durante estos meses, a parte de dudas, he recopilado un montón de cosas que me encantaría hacer pero para las que no tengo agallas:

1. Viajar sola

Admiro a todos los que cogen su mochila (solo se viaja con mochila, con maleta no vale porque todos sabemos que la vida con maleta es millones de veces más fácil y entonces todo pierde cierta gracia) y se van a dar vueltas por el mundo solos. 

Pagaría mucho dinero para comprar el valor suficiente para coger un avión hasta Edimburgo, alquilar un coche e irme una semana por Escocia a conducir durante horas, dormir en bed and breakfasts súper kitchs, pasar mañanas enteras mirando el mar desde alcantilados y todo ello sin tener a nadie con quien hablar para parar mi cerebro. 

Quiero atreverme a que la inmensidad del mundo se me coma para darme cuenta de que sentirme pequeña no es ningún drama.

2. Hacerme un tatuaje

En mi casa los tatuajes siempre se han visto como algo poco apropiado y casi inadecuado. "¿Y cómo se te verá cuando seas mayor y estés arrugada?", "sería para toda la vida, te definirá siempre"

Y yo pienso, ¿existe algo en este mundo que me defina ahora y hasta que me muera, si quiero evolucionar constantemente? Seguramente sí, y seguramente no pasaría nada si lo que decidiera  tatuarme dejara de definirme, porque siempre hablaría de una etapa de mi vida (y ello no es poco). 

Y cuando ya estoy casi convencida y ya me he informado sobre los mejores tatuadores de Barcelona empiezo a decirme a mí misma que no sé si quiero ser una novia tatuada, o una madre tatuada. Y así paso meses,  sin atreverme a tatuarme algo minúsculo en un punto de mi cuerpo que ni yo me veo. 

Y si me acabara atreviendo, me iría a Seul para que playground tattoo me hiciera uno de sus delicadísimos diseños.

3. Pedirle a alguien que me haga fotos

Soy una obsesa de las fotos y reconozco (por primera vez, aquí y ahora) que me gustaría mucho que alguien me hiciera una buena sesión de fotos. Quiero fotos que plasmen lo que soy ahora y lo que me gusta. Quiero fotos con mi perro y con mi ropa favorita, en mi habitación, en Barcelona y en la playa que más me gusta. Quiero fotos bonitas con mis hermanos, quiero fotos con la persona que me acompaña en todo. 

La vergüenza me mata. Qué tonteria, si de lo mejor que tenemos en esta vida son los recuerdos. 

Y por pedir, pediría que me fotografiara el equipo de So it goes, que hacen los mejores reportajes. 

4. Comunicar las cosas que no me hacen sentir bien

Desde pequeña he tenido la obsesión de centrarme en decir las cosas buenas a la gente. En mi casa siempre lo han potenciado, y también en mi colegio. Creo que es súper importante celebrarlo absolutamente todo. Suelo decirle a la gente que les quiero, suelo dar las gracias por cualquier cosa y me encanta demostrarles a mis favoritos que lo son. 

Esa obsesión ha hecho que sienta que decir que algo no me ha gustado o que algo me ha hecho sentir mal no es lo correcto. Que cada uno tiene que gestionar her or his own shit. Que no podemos ir por el mundo haciéndonos los ofendidos. Pero pensándolo bien creo que las cosas deben decirse, deben poder hablarse. Que decir que algo podría haberse hecho mejor no es ningún drama, evita que tengas un nudo en el estómago y sobretodo evita que en el futuro vuelva a darse una situación similar. 

Querría que la gente entendiera que no es no, y que sí es sí.

Consejos sobre cómo empezar a hacerlo serán agradecidos.

Dáselo a quien te ha creado la mala sensación, porque es a quien le pertenece.

5. Ser sexy* (a.k.a atractiva - para los que se escandalizan fácilmente)

Hay chicas, mujeres, señoras que son sexys. Y les tengo envida. Tengo amigas que son sexys y me gustaría preguntarles cómo lo hacen para conseguirlo. En el fondo de los fondos de mis adentros sé que, como creo que todas las mujeres, tengo un lado sexy y femenino. Se trata por lo tanto de conseguir dejarlo relucir y aprender a convivir con él. Estoy convencida de que es divertidísimo.

Quiero salir de casa disfrutando de llevar un conjunto de ropa interior que me hace sentir bien y femenina, como un secreto que solo yo conozco: como una fuerza interior. Quiero poder quitarme  los vaqueros con ese ligero y sutilísimo contorneo de caderas que te encanta, como si nada, y que me cojas de la mano desde la cama y me tires contra tí, jugando. Quiero atreverme a bailar yo sola delante del espejo. Quiero disfrutar de que alguien me mire en un semáforo y conseguir aguntarle la mirada pícara. Quiero sobretodo sobretodo sobretodo, relajarme y tener el control; poder decidir cuándo soy sexy y para quién lo soy.

*Por sexy entended, please, una chica intrigante e interesante, divertida y fresca, con un punto frívolo, atractiva y que confía en sí misma. Con estilo propio y personalidad. Una chica que no viste nunca provocativa, que es selectiva y que se reserva lo mejor para los mejores.
Ejemplos de chicas así son, para mí: Jeanne Damas, Camille Rowe, Karlie Kloss e Inés de la Fressange. Mi amiga C y mi amiga J.

¿Cómo no va a dar fuerza algo tan bonito como este conjunto?

6. Miscelánea 

Me encantaría atreverme a irme de casa dejando la habitación sin recojer o sin tener 100% de batería en el móvil, me encantaría dejar de tener miedo a molestar a la gente con mis opiniones o preferencias. Quiero ser más asertiva. Quiero dejar de tenerle miedo a las arañas. Quiero dejar de ser vergonzosa. Quiero sentir que puedo hablar de cosas superficiales y tontas (y que no por ello me convierto en superficial ni tonta). Quiero, quiero, quiero encontrarme a mí misma y atreverme a ser yo, del todo, así natural y sin pesos en la espalda. 


From the day that I met you I stopped feeling afraid and in your arms I feel safe así que espero, poco a poco, empezar a hacer tooodas estas cosas que ahora mismo me aterran porque confío en que me tirarás a los leones (como siempre) y me ayudarás a relativizar y a quitarle importancia a las cosas que no la tienen.



¿Y a vosotros, qué os gustaría hacer y no sabéis como?

Hasta pronto, 

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