sábado, 30 de noviembre de 2013

No me acuerdo del Adviento



De pequeña vivía el Adviento. Me preparaba para la Navidad. Cada día me levantaba con ilusión para comerme la chocolatina del calendario. Me encantaba descubrir el dibujito que en él aparecía. Algunas veces, con mis hermanos, hacíamos trampas y mirábamos las chocolatinas de los próximos días y luego volvíamos a cerrar la solapa como si nada hubiera pasado. Al llegar al colegio, comentábamos con los amigos que nos había tocado. Era divertido, sobretodo porque no todos tenían calendarios de chocolatinas; los había de dibujos, regalitos... ideas muy variadas y diferentes.  

Pero resulta que me he hecho mayor y el calendario ha pasado a mejor vida. Mi abuela cree que ya no tengo edad y ya no me lo compra. Durante unos años, pensé que tenía razón. Incluso me sentía mejor al no tenerlo: era cosa de niños. Pero a medida que crezco, añoro las cosas que, por pequeñas que fueran, cuando era niña, hacían que me sintiera feliz. 

En casa de X, ha pasado un poco lo mismo. Ella es una fanática de la Navidad y súper rigurosa con las tradiciones. Si fuera por ella, llenaría su casa de decoraciones navideñas. En su casa, también han dejado de tener calendario de adviento y ella añora la emoción de ver el calendario que su madre les compraba (siempre eran de origen nórdico, con unos dibujos preciosos). También echa de menos compartir con sus hermanos la ilusión de abrir la ventanita cada día. 

En una de nuestras conversaciones, acompañadas de un delicioso roiboos, le comenté a X que este año he tenido la tentación de comprarme un calendario de adviento pero que lo de "autocomrpármelo"  no me acababa de convencer. Ella me reconoció que sentía la misma nostalgia y que sus hermanos se reían de ella cuando proponía en casa recuperar la tradición.

Ante esta situación repleta de nostalgia, hemos tomado una decisión. Sí, sí, una decisión. 

Crearemos nuestro propio calendario y queremos compartirlo con todos vosotros. Cada día de diciembre hasta noche buena, cuando entréis en el blog, habremos compartido con vosotros alguna cosa que nos guste y nos inspire. Será nuestra manera de preparar la Navidad y de propiciar la reflexión y todos esos sentimientos de los que las fiestas siempre van acompañadas. 

Esperamos que esta idea os ilusione tanto como a nosotras y que las sorpresitas que nos esperan os hagan recordar la emoción de recibir, cada día, algo tan pequeño como una chocolatina. 



X y L 









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