domingo, 14 de enero de 2018

Sobre mis aprendizajes del 2017

Este mediodía, comiendo con unas amigas, hemos recordado los millones de cosas que nos han pasado durante el año 2017 y nos hemos reído al recordar las tantísimas cosas (buenas y malas) que me han ocurrido, y es que este año más que nunca ha sido un auténtico Dragon Khan.

Y que te pasen cosas implica tener que aprender. Esto es todo lo que yo he aprendido: 

1. Que las dietas sin el mindset correcto no funcionan. Que el cuerpo es listo y terco y no siempre es factible dominarlo. Intenté adelgazar durante el 2016, fue un martirio y además me fustigaba por no conseguir seguir la dieta que me proponían. Para el 2017 me propuse volver a comer con calma y sin presiones. He podido comprobar que desde la tranquilidad y sobre todo comiendo TODO lo que me ha apetecido, he adelgazado y he conseguido volver a sentirme cómoda conmigo misma. 

2. Que hay personas que ni evolucionan ni cambian por mucho que nosotros nos empeñemos en confiar en que lo harán. Por mucho que nosotros nos esforcemos en tolerar ciertas actitudes y en hacer ver que no ocurren. He aprendido que la mejor arma que podemos adquirir un buen trabajo personal que nos permita fortalecernos, madurar y ser más conscientes de las cosas, entender a los demás y reaccionar de forma proporcional a los problemas. Además, hay relaciones que no valen la pena. Y punto. 


3. Que el amor es muuuucho más fuerte que las piedras que las parejas se van encontrando en el camino, aunque es cierto que es imprescindible trabajarlo y cuidarlo, darle prioridad. He entendido que la clave de cualquier relación de pareja es poder empatizar con el otro, contextualizar para conseguir relativizar y ceder, (casi)siempre ceder: ponerle a él o a la relación por delante de tí, de tus proyectos y de tus ilusiones. 


4. Que yo, sin mis válvulas de escape no puedo vivir: pintar, escribir, subir un fin de semana a la montaña o pasar unos días en la Costa Brava son bolsas de oxígeno que me dan fuerza para sobrellevar todo lo que tengo encima (que no es poco). Hay circunstancias que simplemente no podemos cambiar porque no dependen de nosotros y es importante aprender mecanismos que nos permitan llevarlas mejor. 


5. Que el trabajo puede llegar a ser una preocupación enorme que puede llegar a angustiar. Mi lección apredida es que hay que ser valiente para no parar de buscar el lugar en el que nos sintamos a gusto, valorados y realizados. Maybe ello requerirá varios intentos y cierto tiempo pero no vale la pena dedicar tantas horas a un proyecto que no nos llena ni nos satisface nuestra ambición. 


6. Que asumir y aceptar que ODIO ir al gimnasio es un descanso enorme: me ahorro el dinero que vale y sobre todo (y más importante) me ahorro la auto-presión de pensar que debería ir y no estoy yendo. En 2017 decidí desapuntarme del gimnasio en el que llevaba años apuntada y ¡qué alivio! Tengo muchas ganas de tener más tiempo y unos horarios más flexibles que me permitan encontrar un buen centro donde hacer yoga. 



Hasta pronto,

X. 

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