Después
de dos años y pico trabajando (sin contar periodos de prácticas), creo que he
perfeccionado una buena técnica de ahorro. La verdad es que no tiene ningún
misterio pero como a mí me costó aprender a ahorrar y ahora estoy contenta de
poder tener un rinconcito en el banco, he pensado que os podría interesar.
Estos son los puntos que necesitáis saber:
1. ¿En
qué gasto habitualmente?
Hace no
más de un año me di cuenta de que no tenía ni idea de lo que gastaba cada mes.
Tenía claro que no gastaba todo lo que ganaba (thanks God) pero tampoco sabía muy bien cómo podía ser que gastara
tanto dinero en solo unas semanas.
Para
solucionar esa situación de absoluta ignorancia sobre mis finanzas, lo primero
que hice fue apuntarme durante un par de meses todo (y cuando digo todo es
TODO) lo que gastaba. De esta manera conseguí dos cosas:
1)
descubrir exactamente cuáles son mis gastos fijos: puede parecer mega fácil
saber cuáles son las facturas que te llegan cada mes sin excepción pero al
menos a mí se me olvidaban cosas (la cuota del colegio de abogados, spotify,
gasolina...) y
2) descubrir mis "conceptos" y más o menos el dinero que gasto en cada uno de
ellos.
2. ¿Cuáles son mis "conceptos"?
Te recomiendo que una vez hayas analizado cuáles son tus gastos,
intentes dividirlos en conceptos o categorías.
En base a la vida que llevo, divido mis gastos en las siguientes
categorías:
- comida: súper y mercado
- piso: alquiler, limpieza y gastos extras sobrevenidos
- comidas fuera de casa
- médicos: mutua, fisioterapia, farmacia, dentista
- cuota
mensual de móvil
-
gasolina y peajes
- yoga
- extra
para mí: ropa, cine, conciertos, excursiones
Esta
clasificación ayuda mucho a ver en qué gastamos más y dónde podemos ahorrar;
ahora veras por qué.
3.
¿Cuánto es razonable gastar en cada concepto?
Esta es
mi parte favorita: una vez hayas analizado tu manera de invertir el dinero, asigna una cantidad a cada uno de tus conceptos.
En mi
caso, me puse un challenge a mí misma
e intenté reducir los gastos que me parecían ahorrables: reduje lo que gastaba
en ropa, en belleza y en comidas fuera de casa. Eso sí, la clave de todo fue
fijarme una cantidad que pudiera cumplir (con un poco de esfuerzo y siendo
consciente de cada euro que gasto) pero que me permitiera vivir cómo a mí ahora
mismo me apetece.
El total
de estas cantidades asignadas a cada uno de los conceptos son, para mí, mis
gastos "fijos". Por lo tanto, según si quiero ahorrar más o menos me
permito tener cantidades asignadas a ciertos conceptos o no.
Lo bueno
de este método es que te permite decidir exactamente cuánto quieres ahorrar y
cuánto dinero gastarás sí o sí. Puede que para tí comprarte cremas de la cara,
ir al cine o comprarte libros sea súper importante y por lo tanto tiene sentido
que asignes una cantidad a ello para contarlo como un gasto que harás siempre.
Puede que tengas en mente un viaje o mudarte de piso, entonces valdrá la pena
que asignes una cantidad mensual a esa inversión. Cuando ya hayas pagado lo que
toque, vuelves a eliminar ese concepto de tus "gastos fijos".
4. Qué
hago con el resto de dinero: ahorro
Con el
total de mis gastos fijos me sobra una buena cantidad de mi sueldo. Parte de
esa cantidad va directamente, vía transferencia programada, a mi cuenta de
ahorro. Esta cuenta es INTOCABLE a no ser que tenga un gasto muy
extraordinario. La gracia es programarla para que sin darte cuenta dejes de
poder disponer de esa cantidad en tu tarjeta de débito.
Hay quien
se fija una cantidad de ahorro muy pequeña para poder cumplirla siempre. Yo
calculé un mínimo que, en base a mi sueldo, considero que debo ahorrar sí o sí.
A partir de ahí lo que hago es modular la cantidad de ahorro dependiendo de si
estoy en una época en la que mi prioridad es ahorrar por ahorrar o si necesito
acumular dinero para pagar un viaje o cualquier otro proyecto que requiera una
suma importante. Dicho de otra manera: puedes crear tantas huchas como quieras
pero te recomiendo que calcules un mínimo de ahorro intocable que cumplas bajo
cualquier circunstancia (más que nada porque ese es el ahorro real).
Importante:
guarda siempre una cantidad para imprevistos. Cada mes ocurre algo. Siempre,
siempre, siempre.
6. Extra
para mí y mi wishlist
En mi Excel,
al ladito de mi cuadro de gastos fijos, tengo un listado de todas las
"cosas que quiero o necesito" en el que voy añadiendo eso: toooodo lo
que me gustaría o que necesito comprar y que no está contemplado en mis gastos
fijos. Apunto también su precio. Para que me entendáis, ahora mismo tengo
listado: un perfume, cable cargador para el Iphone, mi crema hidratante y el fin de semana en París que tengo previsto para final de mes.
Este
método me va genial porque me permite ir repartiendo los gastos mes a mes
teniendo siempre en cuenta como tope máximo la cantidad que he asignado al
concepto de "extra para mí".
7. Mi
herramienta favorita
En mi
camino hacia el ahorro he probado apps de todos los colores. Supuestamente te
ayudan a entender cómo gastas y en qué gastas pero me molestan tremendamente
las mil notificaciones que te envían diariamente.
Como casi
siempre en la vida, lo clásico es lo que va bien: Excel es la solución. Un
documento sencillo, súper fácil de modificar y muy visual.
8.
Conclusiones
- Lo más
elemental es entender en qué gastamos para poder saber en qué podemos
ahorrar.
- La gracia de los "conceptos" es que se adaptan súper fácilmente a
nuestras necesidades y pueden añadirse o eliminarse según queramos ahorrar más
o menos. Cada uno escoge cuáles son sus gastos fijos.
- Asignar una cantidad concreta a cada "concepto" permite gastar
razonablemente pero de forma muy consciente y controlada.
- Hacer una lista de cosas que queremos o necesitamos ayuda a repartir el gasto
y a ahorrar cada mes con cierto margen para caprichos.
Ejemplo de cálculo
*En verde sombreo los gastos de mi wishlist que ya he hecho.
Desde que
sigo este método me siento mucho más organizada y responsable y estoy tranquila
porque sé que guardo parte de mi sueldo y que eso me permitirá hacer toooodo lo
que me hace ilusión: comprar la lámpara que tanto me gusta, viajar cada verano,
comprar algo de ropa... Y todo ello sin despilfarrar.
Espero
que os sirva y que me contéis cómo organizáis vuestras fianzas.
Hasta pronto,
X.