domingo, 12 de noviembre de 2017

Sobre la crisis de los 25


Si sois un poco como yo a menudo os encontraréis agobiados por sentir que no llegáis a nada, que estáis en todo pero en realidad no conseguís disfrutar de los planes ni de las personas, que el cansacio se os come y que llevar una vida organizada es misión imposible. Como persona autoexigente y perfeccionista que soy, sufro demasiado de todo lo anterior pero creo que tengo algunas claves para todos los que queráis conseguir un poco de estabilidad y paz con vosotros mismos: 

1. Haz una lista de las cosas por las que estás agradecido

Coge tu libreta favorita (seguro que tienes mil en casa) o abre la app de "notes" del móvil y empieza a listar todas las cosas buenas de tu vida: tus amigos, tu familia, los paseos con tu perro, poder comerte un frankfurt cuando vas a Ikea, saber cocinar, saber querer, el olor de casa de tus abuelos... 

Cuando te sientas perdido y desconectado de la realidad, cuando tengas un día de vacío total en el que no te reconozcas, reléete la lista y con calma ve repasando todos sus puntos. Es importante ser muy consciente de todo lo que tenemos y a veces una tontería así te hace el día. 

Si quieres ir un nivel más allá, te recomiendo muchísimo el Happines Planner: un diario pensado y diseñado para conseguir ser más feliz en 100 días. Conlleva un poco de dedicación diaria (unos cinco minutos cada noche) pero ayuda muchísimo a reflexionar sobre el día, fijar objetivos para el día siguiente y priorizar las preocupaciones. Además tiene un diseño perfecto. Es un buenísimo regalo de Navidad. 

Agradezco infinito tener tiempo para dibujar

2. Busca tu propio espacio

Tu familia es tu punto de referencia, seguramente tu modelo a seguir pero no sabes por qué sientes que empiezas a necesitar tu espacio y poder escoger qué cenas, qué marca de pasta de dientes vas a comprar y si las sábanas se cambian los lunes o los viernes.  Si puedes permitírtelo, piensa en independizarte: crear tu habitación, tu piso, es una perfecta manera de definirte y de tomar decisiones propias y reales, que se materializan. 

Si no estás en el punto de marcharte de casa de tus padres, dedica al menos un par de horas a la semana a estar en un lugar que te sea muy confortable (tu habitación, el cine, el parque de delante de tu casa, tu librería favorita). 

Reencontrarse y poder parar un poco el ritmo es vital. 

Para mí los libros y los colores neutros son imprescindibles 

3. Prioriza

Trabajar es todo un mundo y puede ser muy complicado aprender a compatibilizar el estrés laboral con nuestra vida privada, personal. Ya sé que no os descubriré América pero a mí me va genial hacerme listas de TO DOs tanto en el trabajo como en mi vida personal. Ello me ayuda a no olvidarme de mis aficiones y a buscarles tiempo a mis amigos y mis actividades favoritas. ¿No os pasa que el domingo por la noche tenéis la sensación de haber tirado el finde? 

Para mí es importantísimo priorizar las personas y los planes. Sintiéndolo mucho, sólo me apunto a lo que realmente me apetece y muevo cielo y tierra para poder ver a mis personas favoritas. Un truco: dales preferencia a todas las cosas, sensaciones y personas que has listado en tu "lista de cosas por las que estoy agradecido" para tenerlas más presentes.

Un brunch el domingo con tu madre es una buenísima prioridad

4. Aliméntate bien (y tómate unos vinos amenudo)

Nuestro cuerpo se merece que le aportemos los nutrientes necesarios y de la mejor calidad que podamos permitirnos. Las semanas son largas y comer bien ayuda a nuestros cerebros a funcionar mejor. Si consigues comer bien sentirás que tu vida está ordenada y los niveles de energía te empezarán a aumentar, te lo aseguro. 

¿Cómo conseguirlo? Yo suelo dedicar una mañana de mi fin de semana a cocinar para toda la semana. Así evito comer fuera de casa y ahorro tiempo entre semana. Lo tomo como un rato que me dedico a mí misma, a cuidarme. Lo categorizo como un lujo, lo digo de verdad. 

A la vez, no seas ni muy duro ni muy estricto contigo mismo. Vete a tomar unas birras después del trabajo y reserva mesa en ese restaurante que te comentaron el otro día. Cena una pizza el martes si ha sido un día horrible y compra un Panettone, que ya puede considerarse que ha empezado la época. 

Come muchas verduras y de muchos colores 

5. No pasa nada si no sabes quién eres

Terminamos la universidad y se supone que tenemos que ser mega felices siendo economistas, abogados o periodistas. La realidad es terrible porque al empezar a trabajar a más de uno y de dos nos ocurre que no vemos tan claro que eso para lo que hemos estudiado y luchado pueda ser nuestro trabajao de "para siempre". 

Sentirse perdido y no reconocerse a uno mismo es complicado y da miedo. No saber a qué dedicarse ni saber si quieres ser vegano o te gusta demasiado el steak tartar como para dejar te comerlo produce vértigo. No saber lo que te define y sentir que no eres bueno en nada en particular es asfixiante. Calma, no pasa nada. En realidad todas estas dudas forman parte de nosotros, son nosotros y nos definen. Las idas y venidas, las pruebas, los "pongo un parche aquí y ya veré lo que hago en un año" nos ayudan a descartar y en realidad son parte de nuestro camino. Ni que decir cabe que de cualquier experiencia se aprenden cosas: absolutamente todo nos va configurando. Lo único que hay que entender es que lo que hemos estudiado, lo que hasta ahora nos gustaba y de repente no sabemos si nos llena como lo hacía antes no es lo único que somos nosotros: cambiamos y evolucionamos y ello implica dudar y sufrir por equivocarse, tener pavor al fracaso. 

Poco a poco iremos encontrándonos y sin darnos cuenta las cosas tendrán sentido. Pero ello solo ocurrirá si aceptamos que no seremos una sola persona toda la vida, que podemos cambiar de gustos y de manera de vestir, de amigos, que podemos cambiar de profesión tantas veces como queramos y todo ello configurará nuestra persona y lo único que conseguiremos es ser mejores y más redondos.

Tenemos mucha suerte de pertenecer a una generación muchísimo más flexible, abierta y adaptable que la de nuestros padres. Deberíamos darnos cuenta de lo brillante que es que seamos tan ambiciosos y que no nos conformemos con un sueldo estable y un trabajo "serio". Somos valientes por plantearnos cobrar menos dinero y querer dedicarnos más horas a nosotros y a nuestras aficiones.

Date tiempo 


Escuchar esta canción me ha hecho la semana más fácil



¿Y vosotros, cómo lo hacéis para combatir la crisis del cuarto de siglo?


Hasta pronto,

X. 

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