domingo, 6 de diciembre de 2015

Sobre los fines de semana

En mundo irreal ideal a todos nos pasaría como a Lady Grantham de Downton Abbey, que no sabe qué es el fin de semana. Sin embargo, y seguramente gracias a Dios, los que trabajamos de repente descubrimos que el fin de semana efetivamente existe (there is such a thing like the weekend, my dear) y pasamos a darle un valor casi incalculable. De hecho, cuesta horrores encontrar el punto medio entre sentir que aprovechaste las 48h que te da el Estatuto de los Trabajadores a la vez que te sientes descansado. 


Lo de las 48h no os lo creáis; es la gran mentira de las mentiras: la tarde del domingo casi no cuenta porque el lunes aprieta tanto que es imposible disfrutarla como se merece. Además, algunos tenemos una extremidad más de nuestro cuerpo: el portátil, los binders, los papeles, el trabajo. 

"Me tengo que llevar trabajo a casa. Vale. Entendido. Ningún problema. Lo ponía en mi contrato. Todo controlado. Que no, que no me quejo. Que sí, que lo escogí yo. Que me gusta lo que hago. ¿Vale?"

De momento, creo que lo estoy llevando bastante bien. ¿Cómo?

1. Keep in mind que tu trabajo lo escogiste tú solito. Además molas un huevo y vas a llegar lejos. Créetelo. En serio, es la verdad. 


2. Búscate planes que te den la sensación de ser libre y de haber hecho cosas diferentes y haber desconectado pero que tengan una duración limitada. Así no los alargarás eternamente. Ya se sabe que el autoconvencimiento es muy traicionero: "ostras, se nos fué la hora", "al final nos alargamos", "hacía tanto que no nos veíamos que...". Nada de todo eso porque luego el tiempo se nos hecha encima.

Algunas ideas:

- Móntate un buen aperitivo: el aperitivo es perfecto porque te permite levantarte tarde (o idealmente trabajar un rato por la mañana) y te obliga a volver a casa para comer. Puedes aprovechar e ir a un bar chulísimo de esos a los que hace tiempo que quieres ir, pero vigila si pides berberechos: suelen hacerte pagar el precio de su peso en oro. 


-  Ve al teatro o al cine: tienen duración determinada y son a una hora concreta. Vas, ves la obra o la peli y vuelves. Genial.

La fantástica Carme Pla en Humor Humà, que por desgracia terminaba hoy. Estad atentos a si vuelve a las salas porque es espectacular.

- Organízate una cena tarde: lo bueno de vivir en un país del sur de Europa es que comemos y cenamos tarde. Apróvechate de ello: curra toda la tarde y queda a última hora para cenar. Dos en uno, tú.


3. Fíjate una meta motivacional, como el fin de semana de esquí que te espera en un par de semanas al que tienes que llegar a) vivo y b) sin portátil. 


4. Quédate con lo positivo y piensa en lo comodísimo que es trabajar en tu cama o sofá, con el pijama puesto y con tu perro en la falda. Que las americanas, faldas y zapatos de tacón son monísimos pero fácilmente sustituibles. 


En definitiva, evita quedarte todo el día en casa mirando series, comprando on-line y comiendo chocolate y patatas fritas: eso solo te daría la sensación de no haber hecho nada, de haber desperdiciado el tiempo y haberte pasado las famosas 48h que tiene el fin de semana trabajando pero sin avanzar demasiado. Organizarse para no procrastinar es la clave

Siempre puedes ponerte esta canción para animarte, es preciosa:


Hasta pronto, 

X.










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